Los muros de la casa de infancia murmuran pequeñas historias secretas que nuestras vidas absorben. Los muros al interior de nuestros cuerpos destilan deseos heredados, reprimidos, sueños que pertenecen a otros y que compartimos confusamente con los nuestros. El placer no reside tanto en descubrir la salida de este misterioso laberinto, que en el hecho de prolongar el juego hasta el infinito. A cada uno su muro.
Cuerpos abandonados al juego de un mundo invisible, espíritus perdidos en un tiempo en flotación y que nos lleva a preguntar… ¿Qué hay atrás de la locura de ese gesto ? ¿A quién pertenece ese cuerpo ?

Afiche Gare Murmurs
Un universo laberíntico, cuatro individuos en la búsqueda de una luz que pueda aclarar las zonas brumosas de sus sueños. Los objetos mutan hacia una dimensión simbólica, mítica. Ritualizar, danzar, jugar, hacer nada. Ellos se cansan del aburrimiento, tratan de saber como habitar el tiempo. Todo les parece vacío de sentido, pero a veces, pueden escuchar misteriosos murmullos y sentir la presencia de la luz, que penetra desde el otro lado del muro.

 

 

::Leer reseña en Gare au Théâtre ­ Nous n’irons pas à Avignon – 2006::

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